Gobierno de la iglesia

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Creemos que Jesucristo es el único Señor y Cabeza de la Iglesia, y que Su pueblo debe ser guiado conforme al modelo establecido en las Escrituras. Por esta razón, afirmamos y practicamos el gobierno de la iglesia mediante una pluralidad de ancianos (pastores), llamados y capacitados por Dios para pastorear, enseñar y supervisar a la congregación en conjunto.

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Este liderazgo es colegiado, responsable y sujeto a la Palabra de Dios, y se ejerce con un espíritu de servicio, ejemplo y mutua rendición de cuentas, evitando toda forma de autoritarismo o personalismo.

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Este modelo se fundamenta en el testimonio del Nuevo Testamento y ha sido confesado históricamente por las iglesias bautistas reformadas, tal como se expresa en la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689, convencidos de que honra a Cristo, promueve la unidad del liderazgo y contribuye al cuidado fiel del pueblo de Dios para Su gloria.

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Aunque sostenemos la igualdad del oficio pastoral, reconocemos que Dios concede distintos dones y capacidades a cada anciano. Por ello, organizamos el trabajo pastoral de manera ordenada, asignando funciones según esos dones, sin establecer jerarquías ni superioridad entre ellos.​